lunes, 26 de octubre de 2015

Alguien más

Sigo tomando las decisiones equivocadas. Me rindo muy fácilmente. Si mi vida depende de mi no voy a llegar muy lejos. Necesito que otra persona haga por mi lo que yo no puedo. Necesito dejar en las manos de alguien más mi vida. Yo ya me di cuenta que no puedo hacerlo. Dejar algo en mis manos es destinarlo a terminar mal. No importa lo que haga, siempre acabo de la misma manera. Siempre vuelvo a este punto en el que siento que todo sigue empeorando.
Cada decisión que tomé, cada paso que di, cada palabra que callé cada mensaje que no respondí, cada día que decidí no hacer nada, cada una de esas cosas me trajo hasta donde estoy hoy. Y siento que si pudiera volver el tiempo atrás haría exactamente lo mismo. Ahora todo es arrepentimiento.

sábado, 3 de octubre de 2015

Sigo acá

     No se olvidan. Siguen intentando contactarme. Mi intención es desaparecer, pero es cada vez más difícil. Todavía no entiendo por qué, habiendo pasado todo el tiempo que pasó, insisten en hablar conmigo. Mi intención es clara, o por lo menos lo es para mí. Desaparecer. No ver a nadie. Que nadie me vea ¿No fui lo suficientemente clara? ¿Por qué siguen insistiendo? Tal vez es por curiosidad. Quieren saber qué me pasó. Si sigo existiendo, si sigo siendo la misma, si estoy bien, si estoy mal. Seguramente les extraña cómo de un día para el otro me borré de sus vidas. A mi también me extraña lo rápido que pasaron las cosas y lo profundo que caí. 
     Me da miedo hablar. Me da miedo tener que explicar. Me da miedo que me vean así. Me da miedo lo que puedan llegar a pensar. Me da miedo empezar de nuevo. Ya está, ya terminó, solo hagan de cuenta que nunca existí. Déjenme sola con mis problemas que tanto me avergüenzan. No puedo compartirlos porque no puedo explicarlos. No vale la pena empezar de nuevo, si ya conozco el final, si ya pasé por ahí mil veces y sentí siempre lo mismo. ¿Qué sentido tiene intentar una vez más ponerme en esas situaciones? No estoy preparada. 
     Lo peor de todo es que sé que me haría bien hablarles, pero mis demonios son más fuertes. No puedo con ellos. Me es más fácil llevarlos a cuesta que luchar en su contra. Me es fácil si, pero también me es más doloroso. No tiene lógica alguna. Pero así es la mente, no se rige por la lógica, o por la realidad, sino por mecanismos que van en contra de nuestra voluntad. 

 Solo déjenme sola.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Un camino libre

     Siento que nunca voy a ser libre. Siento que mi cárcel soy yo. No me dejo, me oculto, callo, pienso demasiado todo. Me enredo en ataduras imaginarias que me arrastran hasta el pozo más hondo. Siento un dolor constante cuando imagino todas las cosas que me gustaría hacer pero no las hago. Cuando pienso en todo lo que me prohíbo me duele. Cuando pienso en que el tiempo nunca va a volver atrás me duele. Cuando pienso en que lo único que estoy haciendo es dejar pasar la vida me duele. Cuando pienso en el futuro conmigo me duele.
     Siento tanta impotencia de no poder. Las oportunidades están ahí, esperando que las tome. Pero simplemente no lo hago. Mi cabeza me gana. Mis pensamientos oscuros me dominan, son mucho más fuertes. Es interminable. No soy lo suficientemente fuerte para cambiar ¿Las personas pueden cambiar? Me lo vengo preguntando hace tiempo. Las marcas están ahí, ya las entendí de una manera, ya actué de acuerdo a esa manera de ver el mundo, ya es tarde para modificar cada paso que di. Soy esto y es lo que más duele. Soy yo. Sola. Yo.
     Quiero parar el mundo. Quiero parar la vida de todas las personas que me rodean. Quisiera que me esperen eternamente. Que entiendan que yo no puedo, pero que quiero. Que me esperen. Que entiendan que no me es fácil. Tomé un camino equivocado pero sueño todos los días con tomar el camino correcto. El camino que toman todos y lo recorren libremente. Yo quiero estar ahí pero no puedo. Lo observo desde lejos. Los veo a todos pasar. Yo observo, deseo estar ahí, pretendo estar ahí y caminar con ellos. Pero es una mentira. Jamás los alcanzo. Me quede sentada en la mitad del camino. Estoy esperando cambiar, tener nuevas piernas para correr y alcanzarlos. Ojala pudiera tener nuevas piernas y reemplazar las anteriores. Talvez con esas pueda caminar libremente algún día. Caminar y dejar atrás el camino que me llevo a lo más oscuro y solitario. Ojalá.

jueves, 16 de julio de 2015

Siempre se puede estar peor

     Creo poder asegurar con certeza que estoy pasando el peor momento de mi vida. Estoy atravesando un lugar oscuro, que aunque no lo deseo, por alguna razón me atrae y hace que no quiera salir de él. Solo estoy dejando pasar los días. A veces me asombra ver cuán rápido llega la noche y se termina un día más. Después la mañana otra vez, y es fácil predecir como va a transcurrir mi día haciendo nada.
     El espejo me refleja la imagen que nunca quise llegar a ver. Es insoportable. No puedo cambiar. No tengo las fuerzas esta vez. Que me vean así me desespera. No quiero pisar el afuera. No quiero que me conozcan así. No quiero que conozcan esta parte de mí. Y duele tener que alejarme de los que me quieren por eso. Es un dolor del cual trato de no pensar. Trato de taparlo, que se esfume con el tiempo. Pero eso nunca funciona. El dolor sigue estando ahí, escondido, pero está. 
     Lo peor es tener que seguir mintiéndoles. No puedo evitarlo, decir la verdad es imposible. Esta verdad me avergüenza. Se que estoy equivocada y lo mejor sería hablarlo de una vez por todas. Pero no puedo. Es una vez más esta lógica: quiero pero no puedo. Hay algo en mí que disfruta de esto. Se me hace inentendible, no conozco las razones ni los porqués, pero una parte de mí encuentra en toda esta oscuridad algo de luz. Lo irónico es que esa luz me esta apagando de a poco. 
     Estoy estancada. Parada en un punto del que no puedo despegarme. No puedo dar un paso.Me rendí. Se me fueron las ganas. Creo que ya es cuestión de tiempo...

domingo, 26 de abril de 2015

Tiempo

     Ya un año pasó desde la primer entrada que publiqué. ¿Algo cambió? Lamento decir que no. Claro que hubieron momentos buenos en los que podría decirse me sentí "bien". Momentos en los que la parte oscura no invadía la totalidad de mis pensamientos. Pero esos momentos fueron pasajeros. Los malos siempre regresaron. Siempre se quedaron conmigo más tiempo que los buenos. 
     La soledad nunca se fue. Al contrario, sigue acá conmigo. La siento más cerca que nunca. Siempre su presencia fue fuerte. 
     La vergüenza e inseguridad tampoco me abandonaron. Las siento dentro mío cada vez que me miro al espejo, cada vez que me visto, cada vez que salgo a la calle, cada vez que hablo con alguien, cada vez que me ubico bajo sus miradas. 
     El rechazo y el odio son parte de mi. Me recuerdan cada día que yo no soy como los demás, que yo no puedo, yo no sé. 
     La tristeza aparece en las noches. Cuando me acuesto y soy yo y mi conciencia. Yo y los recuerdos del día que pasó. Y el reproche de haber dejado pasar un día más así.
     El miedo merodea cuando pienso en mi futuro. Cuando empiezo a imaginarme en 10, 20, 30 años. Cuando entiendo que no va haber 10, 20, 30 años. Cuando entiendo que no voy  dejar que eso pase. Que no voy a sentarme a ver cómo me convierto en algo peor que lo que hoy soy.
     Tiempo, días, meses, años. Cuántos más quedarán. ¿Cuántos más serán igual a este último año? ¿Cuántos más pasarán igual? ¿Cuántos más se me esfumarán de mis manos? ¿Cuántos mas voy a ver pasar delante de mis ojos? ¿Cuántos más voy a seguir diciendo "no puedo"?

jueves, 12 de marzo de 2015

     ¿Alguna vez va a terminar esto? ¿Alguna vez voy a dejar de odiarme? ¿Voy a dejar de luchar conmigo misma? ¿Voy a poder aceptarme? ¿Voy  poder estar bien? ¿O va a ser siempre así mi vida? 
Es agobiante vivir odiando cada aspecto de mi, cada centímetro de mi cuerpo. Vivir tratando permanentemente de estar perfecta, de ser perfecta, de estar siempre un poco más flaca, de tener siempre la mejor sonrisa, la mejor historia para contar, los mejores amigos, inventar las mejores salidas. Basta. Estoy cansada. Y me aterra pensar que voy a seguir así el resto de mi vida. Me aterra pensar que esto voy a ser por siempre. Que yo soy yo para toda la vida, hasta el último momento. Quiero cambiar constantemente, quiero ser otra. Quiero desaparecer todos los días de mi vida y aparecer en el cuerpo de otra. Ser otra. Dejarme atrás y olvidarme de mí. Empezar de cero.
     Y no puedo. Por mas que trate una y otra vez. No puedo estar bien. No se estar bien. Yo creo que estoy mal, no soy normal. Creo que hay tantas cosas mal conmigo. Creo que soy tan diferente a todos los que me rodean. Oculto tanto acerca de mi. Muestro tan poco. Soy fría. Soy distante. No soy yo con nadie. Soy yo conmigo, sola y sin nadie más. Dejo que conozcan una pequeña parte de mí. La que menos me avergüenza, la que está mejor disfrazada. 
     El peor sentimiento es el de querer vivir plenamente y no poder hacerlo. Quiero hacer tantas cosas y por alguna razón no puedo. Yo no me dejo. Me pongo trabas, miedos, vergüenzas, complejos. Hago todo lo contrario a lo que me haría feliz. Lo sé. Sin embargo no puedo cambiar. Por mucho que lo desee mi mente tomó el rumbo equivocado. Es difícil cambiar cada pensamiento que ya existe dentro de mi cabeza. Es difícil empezar a ver las cosas de otra manera. Es difícil, imposible. Ya lo intente, no funciona. No soy lo suficientemente fuerte para hacerlo. No puedo. Hubieron momentos donde dije "si, puedo cambiar, puedo estar mejor". Pero esos momentos no duran demasiado. Se esfuman con el correr de las horas. Y vuelvo a ser yo. Esa que tanto odio. Esa que no puede. Esa que siente lástima por sigo misma. Esa que va a existir conmigo siempre. Hasta el día que decida hacerla desaparecer.

martes, 20 de enero de 2015

Soy y somos

     Cómo es que nadie sabe. Cómo es que nadie tiene la más mínima idea de quien realmente soy. Cómo es que sólo conocen una diminuta parte de lo que en verdad soy. Me asombra cómo puedo ocultar tanto, decir tan poco, callar tantas palabras, fingir tantas sonrisas, tapar tanto odio. ¿Cómo es que puedo ser dos personas totalmente distintas? ¿Cómo es que cree tan perfectamente bien dos actitudes, dos expresiones, dos formas de comportarme? ¿Cómo dejo salir a una y esconder a la otra? ¿Cuándo comencé a ser dos? ¿Cuándo se me volvió tan fácil mentir? ¿Cuál de las dos soy? ¿Qué va a pesar más: mis ganas de vivir bien, feliz, superarme, cumplir sueños, o mi depresión, mi odio hacia migo misma y mi soledad? 
     Guardo demasiado dentro mío. Miento constantemente sin darme cuenta. Es sumamente triste no poder acercarme a nadie. Porque nadie en verdad me conoce, no siento cercanía verdadera con nadie. Soy una caja de hierro, cerrada, enterrada varios metros bajo tierra. No dejo que nadie me abra. No puedo. Me aterra lo que puedan llegar a encontrar en mí. Y todavía no sé por qué tengo ese miedo. 
     Ojalá fuese una. Ojalá algún día pueda unir lo bueno y lo malo en una sola persona y aceptar todo lo que soy. Ojalá pueda aceptarme y vivir. Ser libre de una vez por todas y abrirme al mundo tal cual soy. Sin tenerle miedo a mi propia mente.